Otro año más, la semana más esperada está aquí, otro Viernes de Dolores que indica el inicio de la esperadísima Semana Santa.
En este día tan esperado, que al final se pasa volando y que tanto tiempo hemos estado preparando para que todo esté perfecto llega lleno de las costumbres y tradiciones que repetimos todos los años pero que nunca es igual.
Siempre empieza igual, despertándote nerviosa, temprano y corriendo a mirar por la ventana que tiempo hace, si saldremos o no. Es día de estar en Hermandad, toda la mañana nerviosa y delante de tu Cristo esperando impaciente a que sean las 5. La misa de Hermanos donde te pones más nerviosa aun y después a comer, lo mismo que cada año este día (Ya he dicho que es un día completamente de tradiciones)
Cuando comes, vístete corriendo, no se te puede olvidar nada. Prepara los caramelos, las estapintas y todo lo que necesitas. Ponte la medalla y el capirote y a la calle. En fila de uno y sin decir ni una palabra hasta llegar al templo, tal y como dicen las reglas.

Ya solo queda hacer estación de penitencia delante de tu Cristo y acompañarlo por las calles de Heliopolis. Durante las 6 horas del recorrido parece que el mundo fuera se para, que no hay nada más.
Y cuando te quieres dar cuenta ya estás en la Iglesia viendo como entra el Señor. Y cuando entra el mundo vuelve a funcionar. Y hasta el año que viene que todo empezará despertándote nerviosa, temprano y corriendo a mirar por la ventana...
